El primer pecado capital
- Jorge Octavio Ochoa (LA Press)
- 16 sept.
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Actualizado: 23 sept.
Por Jorge Octavio Ochoa (Los Ángeles Press)
La soberbia es el primero de los siete pecados capitales. La exaltación del “Yo” y el “súper yo”. Según dice la IA, es el más grave y el principal, del que nacen los demás. En eso ha caído nuestra élite política. El ego, la vanidad, la ambición de poder es lo que priva en nuestros días.
Las revelaciones del diario Reforma este fin de semana, abren una situación inédita en nuestro país. Por primera vez, las investigaciones sobre nexos con el crimen organizado tocan a la puerta de las Fuerzas Armadas y del anterior presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
No es sólo la detención de un vicealmirante. Manuel Roberto Farias Laguna y su hermano Fernando, son hijos de una cuñada del ex secretario de Marina, Rafael Ojeda y, según información del periodista Abel Barajas, fueron ellos quienes cabildearon la postulación del tío, como secretario, en el pasado sexenio.
Manuel Roberto fue detenido el pasado 2 de septiembre. Quien los denunció por presuntos actos de corrupción y huachicol fiscal en puertos marítimos mexicanos, fue el Contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar, asesinado en noviembre pasado, en Manzanillo, Colima.
El diario Reforma asegura que hay una carta de Guerrero Alcántar, dirigida al ex secretario de Marina, Rafael Ojeda, en la que le informa que Roberto Farías, a través de los capitanes Miguel Ángel Solano Ruiz y Climaco Aldape Utrera, incidía en las designaciones de marinos en las aduanas.
El escrito fue encontrado en las oficinas de Guerrero Alcántar en la 22 zona naval de Puerto Madero, Chiapas. La propia Fiscalía General de la República, infiere que los autores materiales de su ejecución son personas de la Marina, ya que ahí sabían donde se encontraba de vacaciones el ahora occiso.
Han sido detenidos otros cinco oficiales de la Marina y cinco funcionarios de aduanas. Entre estos, Francisco Javier Antonio Martínez, ex gerente de Administración y Finanzas de la ASIPONA en Tampico, Tamaulipas. El diario Reforma aporta otra serie de nombres de personas detenidas.
¿Un presidente lo sabe todo?
Ésa es la frase que dejará marcado al ex mandatario. ¿Qué tanto sabía Andrés Manuel de todo esto? ¿Rafael Ojeda le informó? Obviamente, Claudia Sheinbaum sí sabe. Omar García Harfuch no lo habría dado a conocer sin el consentimiento de ella. Tampoco la FGR.
La pregunta aquí es: ¿Hay una ruptura con el anterior gobierno? Porque, además de esta bomba informativa, el sábado pasado Reforma también publicó en exclusiva, sobre el cateo a las oficinas de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), en Durango.
Todos sabemos quién es el ilustre dirigente de dicho organismo. Ése al que le gusta volar en helicópteros por la CDMX, y organizar fiestas lujosas, o ir a partidos de beisbol en horas de trabajo. Es el diputado federal de Morena, Pedro Haces, acusado ahora de extorsión, por parte de transportistas.
Resulta que las Cámaras Empresariales de la Comarca Lagunera, acusan a la CATEM de estar detrás de las amenazas por cobro de piso en esa región. Hubo un cateo en el que sólo participaron fuerzas federales, sin intervención de elementos del estado, gobernado por el PRI.
Haces es otra genial creación de AMLO, sustituto de Fidel Velázquez. Hoy también está en la picota. ¿A cuantos de ellos los veremos declarando, como sospechosos? Sea como sea, se ve una intención concreta de actuar contra el crimen organizado, venga de donde venga.
Esto, que por sí solo es una bomba de tiempo en el escenario político, encierra peligros reales, porque toca intereses del crimen organizado al más alto nivel que, como ya hemos visto, son capaces de todo. El caso Colosio encierra todos esos temores que hoy se agolpan en la memoria.
También, estas revelaciones ocurren en momentos en que se han empezado a registrar fracturas sensibles dentro de Morena: desde los que amenazan iniciar la diáspora si les impiden ser candidatos por motivos del nepotismo, hasta los que piden solicitud de licencia a Adán Augusto, para que responda lo que sabe.
Es Paco Ignacio Taibo II, el mofletudo director del Fondo de Cultura Económica (FCE) quien lo ha pedido, ante el cúmulo de evidencias que colocan al todavía coordinador de Morena en el Senado, como dirigente del grupo criminal La Barredora, que ha azotado a Tabasco desde hace tiempo.
Es imposible mantener la protección a un tipo que no sabía, dice, que hasta un sobrino de Humberto Bermúdez Requena estaba involucrado en corrupción, como director de los tramos 4 y 5 del Tren Maya y por ello fue removido del cargo, pero que además, tenía 7 empresas, validadas por la notaría de Adán Augusto.
Hay signos que mueven a reflexión. La pregunta es la misma: ¿De qué tamaño es el miedo? Hasta la ceremonia del 1er Informe de gobierno tiene mensajes cifrados, no sólo por la ausencia del creador del “movimiento”, por el que muchos se corrompieron, sino por la ausencia de invitados especiales extranjeros.
Se les vio acorralados. No aceptan el debate. Temen ir al Congreso. Es la dolorosa imposición de los soberbios. En el espacio de la mediocridad, los tres poderes controlados, se regodean. No hay espacio para la oposición, ni en la foto. Es la falsa felicidad de un matrimonio mal avenido.





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