En una decisión unánime, el Supremo de EEUU falla a favor de una mujer heterosexual en un caso de discriminación laboral
- Redacción
- 5 jun
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Por Redacción
El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dejado hoy claro que la discriminación laboral bajo el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964 no requiere que un individuo perteneciente a un grupo mayoritario (como la comunidad blanca o los individuos heterosexuales) esté sujeto a un mayor estándar probatorio para demostrar que ha sufrido discriminación, que un individuo perteneciente a un grupo minoritario.
En una decisión unánime redactada por la jueza liberal Ketanji Brown Jackson, el Tribunal se ha posicionado así del lado de Marlean Ames, una mujer heterosexual de Ohio que había emprendido acciones judiciales por discriminación laboral contra su empleador, a quien acusaba de favorecer a un trabajador homosexual en detrimento de ella.
El fallo del Tribunal anula, por tanto, la decisión de un tribunal inferior, el cual había desestimado la demanda de Ames. Ahora, ésta podrá retomar el proceso legal contra su empleador.
El Título VII prohíbe la discriminación laboral por motivos de raza, religión, color de piel, país de origen, sexo y orientación sexual.
En una entrevista concedida a la cadena CNN, el experto jurídico David Schultz ha explicado que la decisión del Tribunal a nivel laboral se puede equiparar a la decisión que éste ya emitiera sobre la acción afirmativa (o la discriminación positiva) en los procesos de admisión universitaria, durante los cuales está prohibido emplear la raza del solicitante para determinar su admisión al centro académico.
Según Schultz, los magistrados del Supremo están adoptando decisiones que despejan el camino hacia una sociedad neutral que no priorice ni la raza ni el color de piel.





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